El oído derecho recoge mejor los sonidos del habla, mientras que el izquierdo responde mejor a la música
El oído derecho recoge mejor los sonidos del habla, mientras que el izquierdo responde mejor a la música.
Siempre se había pensado que los dos oídos funcionaban exactamente igual, sin embargo un reciente estudio conjunto de UCLA (Universidad de California, Los Ángeles) y de UA (Universidad de Arizona) han demostrado que no es así, que los oídos se comportan de modo diferente.
El oído izquierdo responde con más intensidad a los clicks rápidos, mientras que el oído derecho lo hace con los tonos como la música. La experiencia se ha hecho con niños recién nacidos. El equipo ha investigado con más de 3 000 recién nacidos para estudiar sus capacidades auditivas antes de que abandonaran el hospital.
Se llama “Emisión Otoacústica (OAE)” a un fenómeno curioso. Imaginemos que producimos un sonido en el canal auditivo. Ese sonido hace vibrar el tímpano y llega al oído interno y parte del sonido “rebota” y vuelve al canal auditivo. Curiosamente la intensidad del rebote es proporcional a la señal eléctrica que se produce en el oído interno; es decir: si rebota con mucho volumen es que la activación eléctrica ha sido muy fuerte y viceversa. De ese modo, la medida del rebote nos indica la intensidad de la señal.
En la experiencia, a los niños recién nacidos se les aplicaba en cada oído dos tipos de sonidos: por un lado sonidos tipo clic con mucha rapidez. El otro sonido estaba formado por tonos.
Se aplicaba a cada uno de los oídos y se medía la OAE. El resultado ha sido sorprendente. La respuesta de cada oído no ha sido idéntica. El oído derecho amplificaba más –la señal OAE era mayor- los clicks rápidos, mientras que el oído izquierdo amplificaba más los tonos.
Esta experiencia acaba con la idea de que los dos oídos funcionan igual.
Desde hace mucho tiempo se sabía que el hemisferio cerebral izquierdo era el dominante para descifrar el habla y otras señales que cambian muy rápidamente, mientras que el hemisferio derecho era el dominante en el proceso de tonos y música.
Se pensaba que las diferencias entre las capacidades de interpretar el habla o la música se debían al cerebro exclusivamente.
Si tenemos en cuenta que las señales del oído izquierdo van al hemisferio derecho y viceversa, esta experiencia nos dice que la estructura del oído coincide con la del cerebro. O dicho de otro modo, que la diferencia entre lenguaje y música comienza en el propio oído y continúa en el cerebro.
Experiencias anteriores demostraban que los niños con problemas en el oído derecho encontraban más problemas en el aprendizaje en la escuela que los niños que tenían problemas con el oído izquierdo.
Esa antigua experiencia está de acuerdo con los datos de la nueva. Si el oído derecho –hemisferio izquierdo- amplifica más los clicks rápidos –como el habla- es lógico pensar que tienen más problemas de aprendizaje.
Este descubrimiento no sólo tiene la importancia de saber cómo funciona nuestro cuerpo, puede ser de gran importancia para el tratamiento de los sordos y para la fabricación de prótesis auditivas… y quién sabe, tal vez para lograr que los ordenadores no se líen a la hora de interpretar el habla. La interpretación del habla siempre se ha hecho con un solo micrófono. A lo mejor hay que ir pensando en hacerlo con dos, uno que amplifique más el habla y otro que amplifique la música y llevar las señales a dos procesadores diferentes…
Pero eso es sólo una idea.
Se llama “Emisión Otoacústica (OAE)” a un fenómeno curioso. Imaginemos que producimos un sonido en el canal auditivo. Ese sonido hace vibrar el tímpano y llega al oído interno y parte del sonido “rebota” y vuelve al canal auditivo. Curiosamente la intensidad del rebote es proporcional a la señal eléctrica que se produce en el oído interno; es decir: si rebota con mucho volumen es que la activación eléctrica ha sido muy fuerte y viceversa. De ese modo, la medida del rebote nos indica la intensidad de la señal.
En la experiencia, a los niños recién nacidos se les aplicaba en cada oído dos tipos de sonidos: por un lado sonidos tipo clic con mucha rapidez. El otro sonido estaba formado por tonos.
Se aplicaba a cada uno de los oídos y se medía la OAE. El resultado ha sido sorprendente. La respuesta de cada oído no ha sido idéntica. El oído derecho amplificaba más –la señal OAE era mayor- los clicks rápidos, mientras que el oído izquierdo amplificaba más los tonos.
Esta experiencia acaba con la idea de que los dos oídos funcionan igual.
Desde hace mucho tiempo se sabía que el hemisferio cerebral izquierdo era el dominante para descifrar el habla y otras señales que cambian muy rápidamente, mientras que el hemisferio derecho era el dominante en el proceso de tonos y música.
Se pensaba que las diferencias entre las capacidades de interpretar el habla o la música se debían al cerebro exclusivamente.
Si tenemos en cuenta que las señales del oído izquierdo van al hemisferio derecho y viceversa, esta experiencia nos dice que la estructura del oído coincide con la del cerebro. O dicho de otro modo, que la diferencia entre lenguaje y música comienza en el propio oído y continúa en el cerebro.
Experiencias anteriores demostraban que los niños con problemas en el oído derecho encontraban más problemas en el aprendizaje en la escuela que los niños que tenían problemas con el oído izquierdo.
Esa antigua experiencia está de acuerdo con los datos de la nueva. Si el oído derecho –hemisferio izquierdo- amplifica más los clicks rápidos –como el habla- es lógico pensar que tienen más problemas de aprendizaje.
Este descubrimiento no sólo tiene la importancia de saber cómo funciona nuestro cuerpo, puede ser de gran importancia para el tratamiento de los sordos y para la fabricación de prótesis auditivas… y quién sabe, tal vez para lograr que los ordenadores no se líen a la hora de interpretar el habla. La interpretación del habla siempre se ha hecho con un solo micrófono. A lo mejor hay que ir pensando en hacerlo con dos, uno que amplifique más el habla y otro que amplifique la música y llevar las señales a dos procesadores diferentes…
Pero eso es sólo una idea.
Fuente: Novaciencia
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